Tal y como muestran en su último comunicado alega que su gobierno se ve obligado a mostrar su rechazo, ya que pese a las discrepancias de forma y fondo en torno a otros temas de profundo calado, la totalidad de Estados, refiriendose a la evidente salvedad de Irán y China, habían sido capaces de alcanzar un consenso multilateral en un único punto, de vastísima relevancia, y añade la lucha contra el terrorismo internacional. Su ejecutivo señala y sigue haciéndolo, que Irán a sido estado financiador e investigador de prácticas terroristas.
El reciente giro en los acontecimientos ha llevado a Estados Unidos, nación tradicionalmente hostigada por el terrorismo y acostumbrada a encabezar internacionalmente medidas antiterroristas, a proponer un pacto interesado y antinatural con el régimen iraní, sin guardarse si quiera de explicitar las razones ocultas a las que obedece el proyecto de acuerdo: los intereses económicos derivados de los recursos petrolíferos de la zona.
Nuestro gobierno, habiendo desplegado destacamentos militares en la frontera con Irán como parte de un conjunto legítimo de medidas de autodefensa y estabilización, ha tenido que soportar desde hace semanas multitud de acusaciones, todas ellas infundadas, acerca de nuestros intereses económicos en Irán. Confiamos en la honestidad de la comunidad internacional, que tan pronto procedió a acusarnos, y actúe del mismo modo ante la amenaza norteamericana, esta vez explicitada con total desvergüenza, de alcanzar acuerdos vinculantes con un régimen violento e ilegal como el iraní, movido únicamente por su afán de enriquecimiento económico y desafiando todos los pactos de unidad antiterrorista internacionales.
No podemos sino acabar recalcando que, de fructificar el acuerdo colaboracionista entre Teherán y Washington, el gobierno de la Fed. Rusoasiática se verá obligado a tomar medidas drásticas que perjudicarían seriamente los intereses de Estados Unidos y sus aliados.
Manuel Sánchez, Ministro de Defensa
