Como el agua, la situación vuelve a su cauce habitual. Israel ha confirmado hace unos minutos su apoyo a EE.UU y la UE en su lucha contra la Federación Rusoasiática en Oriente Medio. De este modo se despejan las dudas sobre el respaldo de Israel a la causa iraní, que había quedado bastante deteriorado tras las pruebas presentadas por el Mossad de la presunta relación de Irán con los grupos terroristas. Así, el ministro de Seguridad y Defensa israelí confirma que ha dado la orden de que sus tropas estén en "estado de alerta" dentro de sus fronteras ante el, más que evidente, despliegue de fuerzas de la Federación en la zona.
En su comunicado, el Gobierno de Israel ve con buenos ojos el eje iraní-norteamericano en virtud del cual se ha tomado como requisito previo para su materialización el cese de la carrera nuclear de Teherán, cuyo programa comenzó a finales del 2024 con la desaprobación tanto de Washington como de Israel. En este sentido, desde Tel Aviv reiteran que:
En su comunicado, el Gobierno de Israel ve con buenos ojos el eje iraní-norteamericano en virtud del cual se ha tomado como requisito previo para su materialización el cese de la carrera nuclear de Teherán, cuyo programa comenzó a finales del 2024 con la desaprobación tanto de Washington como de Israel. En este sentido, desde Tel Aviv reiteran que:
El Gobierno de Israel es plenamente consciente de la búsqueda por parte de la F.R.A. de una contienda que beneficie energéticamente a su Nación. Esta ambición tan solo solivianta a Irán en sus esfuerzos por adquirir un arsenal nuclear, y aumentaría la gravedad del posible conflicto armado. Por ello, se ha dispuesto la regularización del armamento nuclear de Irán, factor determinante en nuestra firme colaboración con EE.UUPor último, Israel insta a Moscú a "replantearse la coyuntura político-energética" en la que se encuentra y, en base a ello, estudiar cuál sería la mejor postura a tomar.
La extraña pareja
Sin embargo, resulta cuanto menos extraña el alineamiento de Israel con la causa iraní. No en vano, sólo han transcurrido poco más de cinco años desde que Tel Aviv iniciara una dura campaña militar contra la República Islámica con el fin, una vez más, de minar su programa nuclear. Dicha campaña tuvo como consecuencia una oleada de atentados cometidos por los servicios de inteligencia iraníes contra intereses israelíes y norteamericanos en diversos lugares del mundo. Hoy los gobernantes parecen pecar de una memoria demasiado corta. Por este motivo son muchos los expertos que cuestionan la fortaleza de esta unión y explican su naturaleza en base a los condicionantes colaterales que llevan aparejado. A saber, la completa renuncia de Teherán al mantenimiento de un programa nuclerar que, desde que nació a mediados de la década del 2020, ha supuesto una seria amenza para los intereses de EE.UU e Israel en la zona.