El presidente ruso, Leonid Barsky, ha hablado. Siguiendo las directrices expuestas por su ministro de Defensa, Diego Amador, en una entrevista publicada hace unos minutos por esta agencia, el máximo mandatario del Gobierno de Moscú ha lanzado un comunicado para criticar la actitud de la República China. En el documento Barsky, lamenta el respaldo chino a un estado "sobre el que pende la sospecha de financiar el terror". Pero todavía más allá y asegura que, en caso de perpetuarse la alianza chino-iraní, el Ejecutivo rusoasiático congelará los intercambios energéticos con la República Popular.
Adjuntamos por su interés el contenido del comunicado:
En vista de los últimos acontecimientos y como Presidente de la gloriosa Federación Rusoasiática, considero oportuno hacer públicas ciertas consideraciones dirigidas especialmente al gobierno del estado de China y que atañen a su reciente y ratificada condición de aliado y colaborador del estado de Irán.
Es de sobras conocida, por reiterada, la negativa opinión de nuestro gobierno con respecto al ejecutivo iraní, opinión respaldada mayoritariamente por el pueblo ruso. Sorprende por ello que un estado como el chino, con el que nuestro gobierno siempre ha mantenido cordiales relaciones y al que tenemos como socio preferente en nuestros intercambios comerciales, no dudara en establecer contactos diplomáticos y estrechar lazos colaboracionistas con un estado sobre el que pende la sospecha de financiar el terror.
Desde Moscú siempre hemos alentado y esperamos conservar los intercambios, justos y de mutuo acuerdo, que desde hace décadas venimos manteniendo con nuestro vecino chino, muy especialmente en materia de abastecimiento energético, del que somos sus principales y orgullosos suministradores. El gobierno chino parece ignorar, esperamos que de buena fe, que los ataques iraníes afectan directamente a suministros energéticos de los que, en última instancia, también se sirve la nación china. Confiamos en que el sentido común y la fuerza de los hechos conduzcan al ejecutivo chino a un replanteamiento de sus alianzas estratégicas. De lo contrario, desde el gobierno rusoasiático podríamos vernos obligados a congelar los intercambios de suministros con Pekín. Nada más lejos de nuestras pretensión que amenazar al gobierno chino. Nuestras intenciones para con el pueblo chino han sido siempre cordiales y nuestro deseo es que lo sigan siendo. Rectificar es de sabios, aún no es tarde para que el ejecutivo de Pekín replantee su postura y evite que nuestros intercambios en materia energética se resientan.
Por la cordialidad entre los pueblos Rusoasiático y Chino,
Leonid Barsky