Tal y como adelantaba Global Broadcast Corporation en su editorial esta mañana, China se ha convertido en la llave que consiga la resolución —o no— de esta tensa crisis. Hace unos minutos el gobierno de la Federación Rusoasiática ha remitido hasta nuestra redacción un comunicado en el que hace constar que confía en la «habilidad y determinación de China para que logre obrar con eficacia y coherencia». En este sentido, Moscú es consciente de lo mucho que tiene que perder si, finalmente, China se decanta por aceptar las condiciones de la Liga de las Democracias. Un trato que, confiensan, podría beneficiar muy positivamente los intereses de China sobre todo en lo que respecta a la obtención de recursos naturales. De esta manera, el gobierno de Barsky desenmascara las sombras de su trato con China al concluir que, después de todo, no tenía tanto a ofrecer como Pekín pensó en un primer momento. Hoy más que nunca, la Federación Rusoasiática se encuentra contra las cuerdas.
Por su vital relevancia, reproduciremos a continuación el comunicado íntegro, a la desesperada, de la Federación:
A lo largo de toda la mañana la Federación Rusoasiática se ha mantenido junto a su aliada China, en todas las cumbres que se han realizado en el día de hoy.
El acuerdo de explotación sobre los recursos de Irán, puede favorecer seriamente a China y dicha nación será libre de administrar como le plazca los beneficios que obtenga.
Bajo la sombra de nuestra temible amenaza militar, relegamos pues en manos de la diplomacia China la resolución definitiva del conflicto. Confiamos en su habilidad y determinación y en que obren con eficacia y coherencia. Nosotros por nuestra parte actuaremos en consecuencia con los resultados de las negociaciones entre China y EE UU y sus aliados.
Loada sea la hora en que este conflicto concluya sin derramamiento de sangre, pero si esto no es posible, habrá que señalar a los culpables y estos serán castigados.