El Gobierno chino tontea con la Federación Rusoasiática y se olvida de Irán. Según un comunicado del presidente de la Republica, Rafael Arteaga, rebotado por una agencia asiática, el Ejecutivo oriental ha decidido "encauzar por la vía diplomática los lazos de coordialidad que han caracterizado las relaciones de China con la Federación Rusoasiática durante las últimas décadas".
De esta manera, China cambia de bando y tras prometerle fidelidad a Irán al principio de la crisis e incluso un eventual apoyo militar, ahora se pliega a los deseos de Moscú de una manera un tanto servil: “Vamos a trabajar con todo nuestro esfuerzo para satisfacer las demandas que se nos han sido exigidas desde el ejecutivo de Barsky, mostrando nuestra total voluntad para alcanzar un acuerdo común que no dañe las relaciones de amabilidad entre dos grandes potencias”.
Un cambio de cromos que sorprendre y únicamente se explica por las negociaciones secretas entre los dos países. Y es que las fuerzas en este momento se han reequilibrado. Rusia ha conseguido sumar a China a su causa mientras Irán tiene un apoyo más firme de los Estados Unidos.
(En la imagen el presidente de China, Rafael Arteaga)