La crisis internacional ha dado un vuelco en las últimas horas. El anuncio estadounidense de apoyar militarmente a Irán ante un “inminente” ataque nuclear rusoasiático ha hecho temblar el Kremlin. La Casa Blanca temerosa de la debilidad armamentística de Irán y su principal aliado China ha ofrecido a Teherán sus avanzadas Brigadas de Combate muchas de las cuales cuentan con el Networked Combat System (NCS) un moderno sistema que otorga a sus fuerzas una ventaja sustancial en la adquisición y gestión de información sobre la realidad del campo de batalla. El apoyo de Estados Unidos impone puesto que los americanos cuentan en el Golfo Pérsico con dos brigadas desplegadas en bases de Kuwait, Arabia Saudí e Irak y con equipo preparado para la llegada otras tres brigadas.
La única condición expuesta por la presidenta norteamericana es que Irán retire “cese en el desarrollo de su proyecto de armamento nuclear militar” antes de las 20 horas de hoy. Y una más egoista; que el régimen de Teherán aboge por una “estrecha colaboración comercial en materia de recursos energéticos”, lo que le permitiría a EEUU tener un nuevo aliado (y rico productor de petróleo) en la zona.
La contundente maniobra estadounidense tiene ciertos paralelismos con los movimientos que se produjeron en 1962 en la llamada crisis de los misiles que puso el planeta al borde de una guerra. Entonces, la amenaza brusca de la Unión Soviética de colocar una base de misiles nucleares en Cuba acabó por forzar una negociación con Estados Unidos que finalmente optó por no promocionar una invasión a la isla caribeña y desmantelar sus bases en Turquía que apuntaban a Moscú. Por su parte, la URSS desestimó la instalación de los misiles en territorio cubano.
Gràfico explicativo de la crisis de los misiles de 1962
Ahora, la respuesta estadounidense incrementa la tensión pero puede tener efectos similares. La presencia del ejercito de EEUU en el Golfo Pérsico puede obligar a la Federación a retirar sus tropas como paso en 1962 aunque también puede acabar por hacer estallar el polvorín en que se ha convertido la zona. Ahora la guerra está más cerca, pero también la paz es más factible. Pronto sabremos la respuesta.