El Gobierno de la República Popular China no piensa quedarse de brazos cruzados ante la escalada militar que vive la zona. Así, el Ministerio de Defensa chino ha decidido movilizar en dos frentes a una importante proporción de su ejército como medida preventiva.
Por un lado, ha situado un cuerpo importante de militares en la frontera con Kazakhstan, alegando "su cercanía al centro del conflicto en el que se han entrelazado oscuros intereses tanto estadounidenses, como iraníes o rusos". Por otro, ha desplazado una pequeña porción de sus hombres en la frontera noreste China, colindante con la Federación Rusoasiática, "como medida de prevención".
La responsable militar del país, Ana Gil, explicó a International News Network, que su intención es "no quedarse rezagados en el posicionamiento militar en vista del transcurrir de los recientes acontecimientos". Sin embargo, matiza: "No buscamos con ello provocar a ninguno de nuestros vecinos, sino salvaguardar nuestros propios intereses".
