A finales del milenio pasado, un grupo californiano cantaba aquello de “Good Vibrations”, que volvió locas a todas las adolescentes de la costa oeste norteamericana. Parce ser que, más de seis décadas después, el “buen rollo” de los Beach Boys parece haberse apoderado de la comunidad internacional. La diplomacia y el “saber hacer” se han convertido en las máximas de todas las potencias mundiales en los últimos días. En las cabezas de todos sólo resuena una palabra: paz. Aunque las condiciones para llegar a ellas sean, en ocasiones, diametralmente opuestas para algunos países.
Tanto la República Islámica de Irán como la Federación Rusoasiática han expresado su firme deseo de llegar a un acuerdo pacífico en el Golfo Pérsico. Pero para ello es necesario esclarecer la autoría de los atentados terroristas en la zona durante los últimos meses. La Federación e Irán, incluso China –sobre quienes pesaba la acusación internacional– han negado rotundamente estar detrás de cualquier tipo de financiación o apoyo a los mismos. En este sentido, no cabe duda que una de las claves para lograr llevar a buen puerto las tensiones es indagar sobre la verdadera naturaleza de los terroristas. ¿Están controlados por alguno de los países con intereses directos sobre la zona? ¿O actúan de forma independiente y autónoma? Parece evidente que la respuesta a estas preguntas resulta clave para lograr acercar posturas entre las dos potencias del Golfo Pérsico.
Comienza una semana complicada. En ella se decidirá todo o nada. Por este motivo es necesario empezar a actuar por encima de las meras palabras y discursos. Parece evidente que, para líderes autoritarios como el ruso Barsky o el iraní Friyán, las palabras no son suficientes para anular sus aspiraciones soberanistas. A la vista de los acontecimientos pasados, ninguno de los dos va a estar dispuesto a dar su brazo a torcer. Por este motivo la comunidad internacinal debe apelar a la autoridad de las Naciones Unidas que, capiteaneada por EE.UU y la Unión Europea, es por hoy por hoy la única entidad capaz de devolver la paz al Golfo Pérsico. El mundo necesita menos palabras y una hoja de ruta firme y clara para acabar con esta crisis. Después de todo, la guerra no es una solución agradable y deseada por nadie. Y para lograr combatirla se necesita mucho más que buenas vibraciones... Se requiere de acciones.